Para montar un terrario o hábitat adecuado para los isópodos es importante que tengan una humedad alta. Para ello se debe establecer un gradiente de humedad, es decir, que una parte del terrario esté más húmeda que la otra. Por ejemplo, que una parte del terrario, la «menos húmeda» tenga entre un 60-70% de humedad y que la otra parte «más húmeda» tenga entre un 90 y un 95% de humedad.