Introducción a los isópodos
Los isópodos o bichos «bichos bola» pertenecen al orden de los Oniscidea y son los descendientes de los primitivos trilobites del Cretácico. Como ellos, tienen la capacidad de enrollar su cuerpo gracias a su exoesqueleto flexible a lo largo de todo su cuerpo. Sin embargo, no todos los isópodos son capaces de hacerse bola. Hay distintos géneros, entre ellos, por ejemplo los Armadillidium, sí son capaces de enrollarse, mientras que los Porcellio no tienen esa habilidad.
Se reproducen por vía sexual colocándose el macho encima de la hembra. Ésta incuba a las crías durante un mes en un marsupio por la zona ventral y, al cabo de ese tiempo emergen totalmente despigmentadas, de ahí el nombre de las crías recién nacidas de «mancas». Realizan varias mudas a lo largo de su vida, siempre en dos fases para evitar la pérdida de humedad (ecdisis fragmentada): primero la parte posterior, pasando después por un periodo de latencia llamada «intramuda» y, después, mudan su zona anterior.
Respiran a través de un sistema branquial o pseudotraqueal, es decir, necesitan tener humedad a su alrededor para poder respirar. Es por ello por lo que en su terrario hay que establecer un gradiente de humedad donde haya una zona menos húmeda de un 50-60% y otra de un 90%.
Terrario para isópodos y condiciones generales
Al ser artrópodos que respiran por pseudotráqueas es imprescindible que el terrario tenga un gradiente de humedad, es decir, que una parte del terrario esté más húmeda que otra. Por ejemplo, que una parte del terrario, la «menos húmeda» tenga entre un 60-70% de humedad y que la otra parte «más húmeda» tenga entre un 90 y un 95% de humedad. Para el sustrato se puede usar mantillo orgánico compostado 100% natural, turba rubia, tierra de coco o humus de lombriz. Una vez a la semana o cada 15 días (dependiendo del sustrato) se mojará la zona más húmeda para que siga habiendo el gradiente de humedad (ojo, no encharcar sino que el sustrato se note húmedo).
Para la ventilación la clave es mantener una buena humedad sin que se forme moho. Para ello es necesario tener una ventilación escasa pero que no falte. Mi método es recortar un trozo de cada lateral del terrario y colocarle por encima malla de mosquitera mediante silicona caliente.
En la parte más húmeda del terrario se recomienda colocar musgo para mantener la humedad y que les sirva como resguardo, además de cortezas que les sirva de cobijo. En la parte menos húmeda colocar el comedero y hojas secas de roble en descomposición ya que éstas les sirve como alimento secundario. Son omnívoros así que comen de todo, pero se recomienda que tengan comida de peces para que consuman proteína, así como calcio para que no tengan problemas al hacer las mudas y se hagan grandes y algún tipo de fruta o verdura como calabacín que les aporte vitaminas y agua. Siguen una dieta muy similar a las cucarachas y milpiés.