Introducción a los miriápodos
Los miriápodos se caracterizan por presentar un cuerpo alargado y anillado. Los ciempiés o quilópodos suelen tener entre 15 y 75 patas más o menos (tienen un par por segmento), mientras que los milpiés o diplópodos suelen tener entre unos 200 y 500 (tienen dos pares por segmento). A diferencia de los milpiés, los ciempiés son rápidos y muy esquivos, mientras que los primeros suelen ser dóciles y lentos. Dependiendo de la especie y el lugar donde se desarrollan se suelen encontrar en lugares donde hay humedad o desértico, normalmente en rincones oscuros, ya que huyen de la luz y son nocturnos.
Los quilópodos suelen tener veneno y su picadura es dolorosa, la cual usan tanto para paralizar a sus presas como para defenderse cuando se sienten amenazados. En cambio, los diplópodos no tienen veneno y su medio de defensa es, en primer lugar, enroscarse, y en segundo, secretar una sustancia irritable a través de su cutícula cuyo olor se asemeja al del yodo. Hay ciempiés que pueden alcanzar los 15 cm de largo, y milpiés que suelen llegar a los más de 25 cm de longitud, y los más grandes se pueden encontrar en África, Sudamérica y Australia.
Su reproducción es de tipo sexual y, cuando la hembra ya ha fecundado los huevos durante meses después del coito, entierra los huevos debajo del sustrato, a poder ser lo más profundo posible. Se queda custodiando los huevos hasta que nacen y, cuando las crías salen lo primero que hacen es comerse la cáscara para proporcionarles calcio y un primer alimento completo para poder ascender a la superficie. No tienen dimorfismo sexual notable, lo que les suele diferenciar más que nada son los órganos sexuales, los cuales se encuentran en la parte ventral del cuerpo.
Concretamente esta especie se encuentra en zonas de matorral áridas, debajo de las rocas. Le gusta las zonas oscuras y frescas y caza de noche. Se alimenta de otros animales: desde insectos como los grillos hasta pequeños anfibios y mamíferos. La picadura de la escolopendra es una de las más dolorosas que existe para los humanos ya que inocula veneno. Junto con la picadura del escorpión se consideran las más dolorosas. No soporta las altas temperaturas y tampoco las más bajas, por lo que una temperatura ambiente entre 20-25º suele ser suficiente.
Existen especies como esta que alcanza los 18 cm de longitud y la madurez sexual a los 2 años, tiempo en el que pueden reproducirse y tener crías. Son muy dóciles, lentos y sociables con otros milpiés, totalmente inofensivos para los humanos. Necesitan una temperatura de entre 22 y 28º, siendo la temperatura óptima los 23º (no hace falta una manta de calor siempre y cuando la temperatura no descienda de los 18º, aun así, hay que tener en cuenta que pueden aguantar mejor las temperaturas bajas que las altas). Humedad entorno al 80-90%, para conseguirlo, el sustrato debe estar húmedo. Como sustrato recomiendo una mezcla entre compost orgánico natural, turba rubia y humus. Recomendable también introducir y esparcir trozos de corteza de roble descompuesta por todo el sustrato, así como hojarasca de roble y castaño, musgo, cuevas de corteza y troncos. Aunque no es necesario, las cortezas que tengan liquen son una mejor opción ya que también se alimentan de él.
Son descomponedores, pero esta especie es específica, es decir, solamente se alimentará de liquen, hojas en descomposición, musgo y madera podrida. Hay gente que recomienda también darle de comer alimentos estándar (calabacín, manzana, patata, zanahoria, etc.), que no está de más ponerle para que coman si les apetece ya que les aporta agua y nutrientes, al igual que comida para peces para que obtengan de ahí las proteínas. También se les puede dar una vez al mes calcio para comer, por ejemplo hueso de sepia, cáscara de huevo o calcio para tortugas. Esto les sirve para mantener duro su exoesqueleto y para los futuros huevos.
Terrario para milpiés
Primeramente, es importante saber cuánto miden los ejemplares que vayamos a meter en el terrario y cuántos van a convivir en él. De largo tiene que medir por lo menos el doble de la longitud del milpiés. Si mis milpiés miden 15 cm de largo, es necesario que el largo del terrario mida al menos 30 cm. Es importante que dispongan de espacio para que realicen bien las mudas. El alto del terrario es quizás menos importante para las especies no escaladoras, aunque hay que dejar al menos la medida del largo del milpiés para la altura del terrario. Si mi milpiés mide 13 cm de largo, debería dejar al menos una altura del terrario de 13 cm. Para las especies escaladoras la altura es más importante y habría de ser más alto.
El terrario puede ser de cristal, de plástico o vidrio. La ventilación es un aspecto importante a tener en cuenta ya que el terrario tiene que estar ventilado pero a la vez guardar bien la humedad. Por ejemplo, si nuestro terrario es una caja de plástico, se recorta la tapa de la caja en cuadrado o rectángulo y se le pone malla de mosquitera pegada con silicona caliente. Una vez que ya tenemos nuestro terrario, el siguiente paso es incluir el sustrato. Normalmente se debe dejar al menos 10 cm de profundidad. El sustrato ya sea de turba, compost, humus, etc., se debe mantener húmedo pero no encharcado, por lo que se debe mezclar con agua.